Tras el llamamiento de hoy del Papa Francisco, aceptado por la CEI, durante el momento de reflexión, oración y ayuno de los días 6 y 7 de octubre, fecha en la que se cumple un año del inicio de la guerra Hamás-Israel, la apertura de la puertas del Sínodo de los Obispos que debatirán el tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.
En su discurso de apertura del encuentro, el Papa subrayó que deben identificarse “en los tiempos oportunos” diferentes formas de ejercicio “colegial” y “sinodal” del ministerio episcopal.
“La presencia en la Asamblea del Sínodo de los Obispos de miembros que no son obispos no socava la dimensión episcopal de la Asamblea”, quiso subrayar el Pontífice, refiriéndose a algunas “charlas”.
“Cuando decidí convocar como miembros plenos a esta XVI Asamblea también un número importante de laicos y consagrados (hombres y mujeres), diáconos y presbíteros, desarrollando lo que ya estaba en parte previsto para las Asambleas anteriores, lo hice en coherencia con la comprensión del ejercicio del ministerio episcopal expresada por el Concilio Ecuménico Vaticano II: el Obispo, principio y fundamento visible de la unidad de los particulares. Iglesia, no puede vivir su servicio sino en el Pueblo de Dios, con el Pueblo de Dios precediendo, estando en el medio y siguiendo la porción del Pueblo de Dios que le es encomendada”.
“Una Iglesia que habita las periferias geográficas y existenciales”
En cualquier caso, “menos aún pone límites o derogaciones a la autoridad del Obispo individual y del Colegio Episcopal. Más bien señala la forma que el ejercicio de la autoridad episcopal está llamado a tomar en una Iglesia consciente de ser constitutivamente relacional y “La relación, por tanto, sinodal con Cristo y entre todos en Cristo, los que están allí y los que aún no están pero son esperados por el Padre, realiza la sustancia y configura la forma de la Iglesia en cada tiempo”, continuó el Papa. Francisco.
Papa Francisco, Sínodo, 2 de octubre de 2024 (AFP)
“El Espíritu que consuela y pide perdón, a los perdonados”
Muchos “piensan que el objetivo del Sínodo – prosiguió Francisco – es un cambio estructural en la Iglesia y una reforma. Es una inquietud, un deseo que recorre a toda la Iglesia. Todos lo deseamos, pero no todos tenemos la misma idea de reforma y sus prioridades”, continuó el purpurado.
“Desde el inicio de este proceso sinodal hemos reiterado que fundamenta el discernimiento eclesial en esta verdad, escuchándonos unos a otros para escuchar lo que el Espíritu dice a la Iglesia. Es una escucha que apoyó todas las etapas del proceso: la consulta del santo Pueblo de Dios en las Iglesias locales, el discernimiento de los Pastores en las Conferencias Episcopales, el discernimiento ulterior en las Asambleas continentales, la doble sesión de la Asamblea. en torno al Santo Padre, principio y fundamento de la unidad de toda la Iglesia”.