En Austria nadie quiere formar gobierno con el FPÖ. Pero no será fácil encontrar una coalición que sea más que una alianza anti-Kickl.
Esta es una herramienta experimental. Los resultados pueden estar incompletos, desactualizados o incluso incorrectos.
Herbert Kickl, el controvertido líder del FPÖ de Austria, obtuvo casi un tercio de los votos en las elecciones del domingo y ahora busca una manera de llegar al poder, aunque ningún partido quiere gobernar con él. Una posible solución podría ser una coalición tripartita entre el ÖVP, los socialdemócratas y el liberal Neos, que podría representar una alternativa a la gran coalición debido a su voluntad de reforma y deseo de cambio. El desafío será formar un gobierno productivo que no sólo trabaje contra Kickl, sino también por cambios positivos en el país.
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Herbert Kickl hace que sea muy fácil que no le guste. El jefe de los austriacos. FPÖ Ha pasado por los últimos años como un matón en el patio de la escuela. Llamó al presidente federal “momia senil”, para él los periodistas independientes son parte de los “medios de comunicación del sistema” y algunos ministros del anterior gobierno de Wappler; traducida de manera amistosa, es una palabra austriaca que significa “buenos para nada”. También hubo alusiones a los tiempos más oscuros de la historia de Austria: Kickl quiere convertirse en “canciller del pueblo”. Y no, el juego de palabras “gente” no es una coincidencia. Bajo su mando, Austria debería convertirse en una fortaleza; la exigencia de “remigración” se puede encontrar varias veces en el manifiesto electoral de su partido.