Han pasado 11 años desde 368 inmigrantes murieron a media milla de la costa de Lampedusa. Era el 3 de octubre de 2013, una tragedia que hacía que cada 3 de octubre el Día del Recuerdo y Recepciónuna tragedia que ha grabado en nuestra memoria las filas de ataúdes blancos en el hangar del aeropuerto de la isla fronteriza entre Europa y África.
Desde entonces, la OIM, el ACNUR y el UNICEF informan, Hay más de 30.000 víctimas registradas, de las cuales casi 24.000 en el Mediterráneo central.que se confirma como una de las rutas más peligrosas a nivel global. Solo en 2024 ya más de 1.229. Y continúan los desembarcos, continúa la fuga de Libia, de Túnez, de los países africanos y de Oriente Medio en guerra: mil han llegado a Lampedusa en las últimas 24 horas.
También llegaron a la isla. 500 estudiantes de los seis países europeos, para reunirse, por iniciativa del Comité Tres de Octubre, con testigos y familiares de las víctimas de naufragios en el Mediterráneo y de quienes lo cruzaron para llegar al Viejo Continente.
“Salvar vidas humanas – siguen afirmando las agencias de la ONU – no es una opción. Es una obligación legal. Es un imperativo moral. Instamos a mayores esfuerzos a nivel europeo para fortalecer la cooperación en operaciones coordinadas de búsqueda y rescate para preservar la preciosa vida. -Trabajo salvador de la Guardia Costera italiana en un espíritu de responsabilidad compartida y solidaridad entre los países de primera llegada. También instamos a los Estados a ampliar rutas seguras y regulares, como corredores humanitarios, universitarios y laborales, evacuaciones de emergencia y programas de reasentamiento para quienes buscan. protección y asilo, para las personas más vulnerables, o para quienes desean reunirse con sus familiares, a fin de reducir la dependencia de peligrosas travesías marítimas en manos de traficantes sin escrúpulos”.
Pero el camino es largo en términos de un sistema estructurado de rescate y acogida. Así, mientras el Consejo de Ministros aprueba el decreto de flujos, el Consejo de Estado señala los demasiados retrasos en la regularización de extranjeros y condena “la grave y sistemática ineficiencia” de la acción del Ministerio del Interior y de la prefectura de Milán en cuanto a emergencia. Asgi lo hace saber, subrayando un ““Exitosa demanda colectiva promovida por las asociaciones” que vio “aceptado el recurso presentado por más de un centenar de extranjeros y empresarios”.
La sentencia acoge, por primera vez en materia extranjería, una acción colectiva contra la administración pública. El Consejo de Estado confirma la sentencia del TAR de Lombardía y condena a la Administración Pública “por el retraso en la gestión de las solicitudes de emergencia, reiterando el principio jurisprudencial según el cual el plazo máximo para concluir el procedimiento de emergencia nunca puede exceder los 180 días.
“El retraso ha adquirido, en opinión de los jueces del Palacio Spada, “proporciones de un fenómeno real de mala gestión administrativa generalizada y crónica”, continúa la Asgi citando la sentencia, a pesar de “la presencia de recursos financieros adecuados, como en el caso del procedimiento de emergencia para el que se han asignado recursos económicos ad hoc”.
Las “gravísimas y sistemáticas demoras del Ministerio del Interior, en el caso concreto de sus prefecturas y jefaturas de policía”, a la hora de expedir a los extranjeros documentos esenciales para su vida cotidiana, causan “daños muy graves, como, por ejemplo, sólo la pérdida del trabajo, la falta de inscripción en el Servicio de Salud, la imposibilidad de ejercer los derechos sociales vinculados a la titularidad del permiso, que – concluyen los juristas – acaban colocando cada vez más a los extranjeros en una condición de marginalidad social. que luego inevitablemente se convierte en “material” de propaganda política”.
Los aterrizajes cayeron un 60% en 2024
Datos del Ministerio del Interior certifican que a finales de agosto este año los desembarques disminuyeron un 59,7% respecto a lo registrado en el mismo periodo de 2023cuando las llegadas ilegales a Italia ascendieron a 133.821. El análisis cruzado de estos datos y los publicados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) también confirma que Libia ha superado a Túnez como principal país de salida de inmigrantes.
La mayoría de los inmigrantes proceden de Libia
30.147 inmigrantes llegaron a Italia de Libia, o el 55,94% del totalmientras que “sólo” zarparon desde Túnez 15.931 personas, es decir, casi el 30% del total de salidas. Además, 2.662 inmigrantes llegaron desde Türkiye y otros 951 desde Argelia. El análisis de los países de salida revela también que los flujos procedentes de Libia, aunque decrecientes, han dominado claramente el escenario migratorio este año. Los inmigrantes en esta ruta han disminuido, según las estadísticas, un 17,81% en comparación con el mismo período de 2023 (cuando las llegadas superaron con creces las 36.000). Las llegadas desde Túnez, sin embargo, cayeron más bruscamente, pasando de 91.145 en 2023 a 15.931 este año, lo que supone un descenso del 82,52%.
Organización de las Naciones Unidas para las Migraciones: “Más de 16.000 migrantes rechazados en Libia”
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas ha fotografiado en un nuevo informe el fenómeno migratorio en la ruta del Mediterráneo. Según datos de la organización este año Un total de 16.466 inmigrantes fueron interceptados y devueltos a Libia. La cifra incluye 14.481 hombres, 1.134 mujeres, 540 menores y otras 311 personas “cuyo género no pudo determinarse). El número de víctimas en esta ruta marítima entre el norte de África y Europa es preocupante y sigue siendo elevado: en el cruce, según la OIM, 466 personas perdieron la vida mientras que otras 655 quedaron desaparecidas. Las víctimas en el Mediterráneo en los nueve primeros meses del año son 1.121 en total pero aunque la cifra es inferior a las casi 2.500 muertes registradas en 2023, “La ruta del Mediterráneo central se confirma como la más mortífera del mundo para los inmigrantes”, resalta la relación.