El plan fue elaborado esta semana por Estados Unidos y Francia durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y obtuvo el respaldo de aliados y otros en la región, incluidos Australia, Canadá, Alemania, Arabia Saudita y Qatar.
Netanyahu añadió que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) “continuarán los combates con toda su fuerza” en el norte del país, fronterizo con el Líbano, y en Gaza “hasta que se logren todos los objetivos de la guerra”.
Las tensiones entre Israel y Hezbolá, que han intercambiado disparos de cohetes casi a diario desde el violento ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, alcanzaron un punto de ebullición la semana pasada después de que dispositivos de comunicaciones pertenecientes a miembros de Hezbolá fueran detonados remotamente, matando a decenas e hiriendo a miles. Hezbollah culpó del ataque a Israel; Israel se ha negado a asumir la responsabilidad.
Desde entonces, los ataques aéreos israelíes en el Líbano han matado a cientos de personas, herido a miles más y desplazado alrededor de medio millón de libaneses.