CIUDAD DE MÉXICO — La nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, comenzará su día el miércoles de manera muy similar a como su mentor político, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, comenzó la mayor parte del suyo: con una conferencia de prensa temprano en la mañana desde Palacio Nacional.

Queda por ver cómo se desarrollarán las sesiones informativas, conocidas en México como mañaneras. Bajo López Obrador, fueron asuntos maratónicos, con diálogos campechanos, enfrentamientos verbales con la prensa y, con frecuencia, largas lecciones de historia del carismático e infatigable López Obrador. Sus dotes de oratoria convirtieron sus sesiones informativas en una poderosa arma política.

Los analistas coinciden en que Sheinbaum intentará crear su propia marca personal, pero inevitablemente será comparada con el hombre que marcó la pauta.

No sorprende que Sheinbaum haya decidido continuar con la exitosa fórmula de su mentor: ha prometido continuar prácticamente con todo lo que él hizo. Esperará marcar la agenda diaria de la prensa tal como lo hizo López Obrador durante su presidencia.

Después de su victoria electoral del 2 de junio, la ex alcaldesa de la Ciudad de México comenzó a realizar conferencias de prensa al mediodía que concluyeron en media hora. Sheinbaum comenzaría con anuncios y luego respondería preguntas de los periodistas.

No ha compartido detalles de cómo serán sus mañaneras, pero la expectativa es algo abreviado y más adecuado a su personalidad centrada en los datos.

Durante su presidencia, que concluyó el lunes, López Obrador, de 70 años, celebró conferencias diarias de lunes a viernes. Las sesiones informativas duraban entre dos y tres horas, luego respondía preguntas de los periodistas, muchos de ellos progubernamentales. También utilizó la plataforma para atacar con frecuencia a los medios críticos y a sus adversarios.

La presidenta Claudia Sheinbaum habla el día de su toma de posesión en el Congreso en la Ciudad de México, el martes 1 de octubre de 2024. Crédito: AP/Fernando Llano

Así logró el objetivo estratégico de “ganar la batalla por el control de la realidad”, dijo el consultor de comunicación Luis Antonio Espino en su libro “López Obrador: El poder del discurso populista”.

Pero Sheinbaum, un científico convertido en político de 62 años, tiene otro estilo.

“Como comunicadora es diferente”, dijo Roy Campos, presidente de la empresa encuestadora Consulta-Mitofsky. Dijo que Sheinbaum tiene un estilo de hablar “sobrio”. Transmite una imagen de “una profesora universitaria que intenta demostrar seriedad y verdad a través de la ciencia”, añadió.

Eso está muy lejos del campechano López Obrador. El expresidente hablaba durante horas, con mucho lenguaje coloquial, y disfrutaba confrontando públicamente a sus adversarios. Según Espino, el carismático expresidente utilizó sus discursos para crear “vínculos afectivos para lograr su verdadero objetivo”.

La presidenta Claudia Sheinbaum se dirige a sus seguidores en el Zócalo, Ciudad de México...

La presidenta Claudia Sheinbaum se dirige a sus seguidores en el Zócalo, la plaza principal de la Ciudad de México, el día de su toma de posesión, el martes 1 de octubre de 2024. Crédito: AP/Fernando Llano

A través de sus poderosos discursos, López Obrador logró dejar el cargo con un índice de aprobación aún superior al 60%. Su legado lo convierte en uno de los presidentes más populares de México en la historia reciente.

Ahora surge la pregunta de si Sheinbaum podrá captar la atención y ganarse la empatía que López Obrador consolidó durante su sexenio.

Campos dijo que todo depende de cómo se verá frente a las cámaras.

“Ella tratará de crear esa empatía que creó López Obrador”, dijo. “Vamos a ver si esta presencia diaria le dará control de la agenda de prensa o popularidad”.

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